La alteración cognitiva de la vejez normal no tiene repercusiones para las actividades de la vida diaria del individuo. En la demencia se produce una alteración de múltiples capacidades cognitivas que interfieren en la actividad habitual. El diagnóstico es clínico y no existen medidas farmacológicas de prevención. Se recomienda la evaluación del sujeto por especialistas con experiencia. El tratamiento farmacológico es sintomático y se combina con medidas no farmacológicas para un mejor control de los trastornos psicológicos y conductuales. La enfermedad cerebrovascular es la primera causa de discapacidad y la segunda de muerte. La coordinación del manejo ambulatorio y hospitalario es fundamental en la fase aguda. Una atención multidisciplinaria especializada ha demostrado beneficios en la fase aguda y subaguda. El tratamiento y las medidas de prevención secundaria y terciaria se adecuarán a la situación funcional del individuo.