El envejecimiento es un proceso dinámico y continuo que supone una pérdida progresiva de la reserva funcional, pérdida que ocurre con una cadencia particular en cada órgano y sistema. Conocer los cambios ligados al envejecimiento a nivel cardiovascular, pulmonar y renal –los tres sistemas más afectados por la edad- resulta fundamental para explicar la disminución del umbral para la presentación clínica de enfermedades y el peor pronóstico de las mismas, para interpretar correctamente ciertas pruebas diagnósticas de uso común y para realizar una correcta prescripción farmacológica. En la actualidad el interés por los cambios ligados al envejecimiento ha aumentado en base a la acumulación progresiva de evidencia que muestra al envejecimiento arterial como un factor de riesgo cardiovascular modificable, abriéndose un campo de futuro en la mejor prevención de diferentes enfermedades cardiovasculares como la HTA, la insuficiencia cardiaca o la cardiopatía isquémica.