El asma es una entidad inflamatoria compleja de la vía aérea, condicionada por factores genéticos y ambientales, que cursa con hiperrespuesta bronquial y obstrucción variable al flujo aéreo. En España afecta a un 5-10% de la población. Su diagnóstico se establece a partir de la clínica (tos, disnea, sibilancias audibles, opresión torácica) y el estudio de la función respiratoria (espirometría y pruebas broncomotoras). El objetivo del tratamiento aquí es alcanzar y mantener el control de la enfermedad lo antes posible, prevenir las exacerbaciones, evitar el deterioro del funcionalismo pulmonar y reducir su mortalidad. Lograr estas metas exige llevar a cabo una estrategia terapéutica estructurada sobre tres pilares: la instauración de medidas preventivas, la terapia farmacológica y la educación y participación del paciente en el manejo de su propio proceso.