La tuberculosis es una enfermedad contagiosa que aún consigue infectar a una tercera parte de la población mundial. En España se mantiene con una incidencia aproximada de 25 casos por cien mil habitantes. Se trata de una enfermedad contagiosa que por cursar generalmente de forma subaguda exige al médico un alto nivel de sospecha para su diagnostico, para el que contará con el apoyo de la radiografía, las baciloscopias y cultivos, así como la prueba de la tuberculina fundamentalmente. El diagnostico de certeza sigue siendo el cultivo (de lento crecimiento) con la confirmación posterior de la especie por sonda génica; sin embargo, nuevos métodos diagnósticos nos permiten acortar los tiempos, usando cultivos en medio líquido y técnicas genéticas. Estas últimas también se usan para conocer las resistencias al tratamiento, ya que en su ausencia obtendremos una tasa de curación el 95% en 6 meses con el régimen clásico 2RHZE-4RH, mientras que en caso contrario se prolonga el tiempo necesario, el coste aumenta y se complica el tratamiento, debiendo en este caso ser controlado por médicos expertos.