La trombosis venosa profunda (TVP) y el tromboembolismo pulmonar (TEP) se consideran dos manifestaciones de una misma enfermedad denominada enfermedad tromboembólica venosa. La clínica, la radiografía de tórax y el electrocardiograma no permiten hacer el diagnóstico definitivo pero ayudan a descartar otros procesos. Antes de confirmar el diagnóstico se debe estratificar el grado de sospecha. La tomografía computarizada multidetector es la prueba diagnóstica inicial de elección. El ecocardiograma se podría emplear como primera prueba diagnóstica en pacientes críticos. La presencia de shock o hipotensión persistente junto con la disfunción ventricular derecha y/o daño miocárdico, determinado por la ecocardiografía o por marcadores biológicos permitirán estratificar el TEP en alto, intermedio y bajo riesgo. El tratamiento de elección son las heparinas de bajo peso molecular (HBPM).