La hepatitis C es un problema de salud pública; en la mayoría de los casos se cronifica. El tratamiento actual consiste en la combinación de interferón pegilado más ribavirina. Para finales de 2011 se aprobarán dos nuevos fármacos antivirales directos (telaprevir y boceprevir) que, asociados al tratamiento estándar, aumentarán la tasa de respuesta virológica sostenida, es decir, curación clínica. La hepatitis B afecta a un elevado porcentaje de la población mundial y también en muchos casos se cronifica. Existe la posibilidad, en algunos pacientes, de tratar durante tiempo limitado con interferón pegilado, pero la mayoría de los pacientes requiere tratamiento indefinido con análogos de los nucleósidos como el entecavir o tenofovir.