Enfermedades cardiovasculares

$categoria->titulo El envejecimiento poblacional y la mayor prevalencia de enfermedades cardiovasculares crónicas están obligando a los sistemas de salud a reconsiderar sus servicios y su estructura para hacerlos más eficaces. Esto no solamente implica una adecuada coordinación entre los Servicios de Cardiología y Atención Primaria, sino también revalorizar y reconceptualizar el papel del médico de familia. Y es que esta figura, gracias a sus responsabilidades educativas y asistenciales, concretadas en la detección precoz y el tratamiento o la derivación temprana, es la que consigue un mayor impacto de las acciones preventivas en el estado de salud vascular de la población y es clave para reducir la morbimortalidad de las enfermedades cardiovasculares y mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades cardiacas crónicas.

Si a esta realidad se le añade que el diagnóstico y el tratamiento de muchas de las enfermedades cardiovasculares han cambiado sustancialmente en los últimos años gracias a la incorporación de nuevas pruebas y técnicas diagnósticas, y a la utilización de nuevos fármacos e indicaciones terapéuticas, se hace patente la importancia de la concienciación y de la formación continuada en cardiología tanto en este colectivo como en los médicos especializados.

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