La integridad estructural y funcional renal puede verse comprometida por la exposición a diversos fármacos, medios diagnósticos, tóxicos exógenos y compuestos endógenos. Esto se debe a que el riñón es un órgano muy vulnerable, al estar muy vascularizado, y a su capacidad para concentrar sustancias tóxicas en el túbulo. Estos agentes tóxicos pueden producir nefrotoxicidad por diversos mecanismos, dando lugar a tres lesiones fundamentales a nivel renal: necrosis tubular aguda, nefritis intersticial aguda y nefritis intersticial crónica. Estas tres entidades pueden tener múltiples etiologías, pero frecuentemente se asocian al uso de fármacos. Cuando la necrosis tubular aguda se produce por agentes nefrotóxicos, los aminoglucósidos y los contrastes iodados son los que con mayor frecuencia se ven implicados. En la nefritis intersticial aguda, los fármacos son los responsables de > 75% de los casos, principalmente los antibióticos y los antiinflamatorios no esteroideos y, por último, la nefritis intersticial crónica se ha relacionado principalmente con el consumo crónico de analgésicos.

Several drugs, diagnostic procedures and toxins, both exogenous and endogenous, can endanger structural and functional kidney integrity. Its high vascularization as well as its ability to concentrate toxic substances in the tubule turn the kidney into a very vulnerable organ. Nephrotoxicity can be caused by toxic agents following various pathogenic ways. Three primary renal lesions appear: acute tubular necrosis, acute interstitial nephritis and chronic interstitial nephritis. Although multiple etiology is involved in these entities, drug use is the most common cause. Aminoglycosides and iodinated contrasts are the most common nephrotoxic agents causing acute tubular necrosis. Drugs, mainly antibiotics and nonsteroidal anti-inflammatory drugs, are involved in >75% of cases of acute interstitial nephritis. Finally, chronic interstitial nephritis has been mainly related to the chronic use of analgesics.