La fiebre es un síntoma frecuente en pacientes con enfermedades reumáticas autoinmunes sistémicas (ERAS) como el lupus eritematoso sistémico (LES), la artritis reumatoide (AR) y las vasculitis. Su aparición puede atribuirse a múltiples causas, entre las que destacan la actividad inflamatoria de la enfermedad de base, las infecciones oportunistas relacionadas con la inmunosupresión y, en casos más infrecuentes, neoplasias subyacentes. Es crucial considerar que algunas infecciones, como las bacterianas, víricas o micóticas pueden simular un brote de la enfermedad inmunomediada, generando confusión diagnóstica y potencial retraso en el tratamiento adecuado. Además, ciertos medicamentos utilizados en el manejo de las ERAS, como los inmunosupresores o biológicos, pueden predisponer a estas infecciones, complicando aún más el diagnóstico diferencial. Un enfoque sistemático que incluya una anamnesis detallada, exploración física minuciosa y selección adecuada de pruebas de laboratorio e imagen es indispensable para identificar la causa subyacente. Este protocolo tiene como objetivo optimizar el diagnóstico y el tratamiento precoz, reduciendo complicaciones y mejorando el pronóstico del paciente.

Fever is a common symptom in patients with systemic autoimmune rheumatic diseases (SARD) such as systemic lupus erythematosus (SLE), rheumatoid arthritis (RA), and vasculitis. Its emergence can be attributed to multiple causes, including the inflammatory activity of the underlying disease, opportunistic infections related to immunosuppression, and, in more infrequent cases, underlying neoplasms. It is crucial to consider that some infections, such as bacterial, viral, or fungal infections, can simulate a flare-up of immune-mediated disease, leading to diagnostic confusion and a potential delay in appropriate treatment. In addition, certain drugs used in the management of SARDs, such as immunosuppressants or biologics, may predispose to these infections, further complicating the differential diagnosis. A systematic approach that includes a detailed case history, thorough physical examination, and appropriate selection of laboratory and imaging tests is essential to identify the underlying cause. This protocol aims to optimize early diagnosis and treatment, reducing complications and improving patient prognosis.