Las formas agudas de las enfermedades constituyen las principales consultas médicas, tanto en Atención Primaria como en la urgencia hospitalaria. Los médicos generales a menudo son el primer punto de contacto para personas con enfermedades urgentes en el entorno de la Atención Primaria y, cada vez más, los pacientes acuden de primera intención a los Servicios de Urgencias hospitalarios.

Además, en muchos casos, estas dolencias pueden suponer una amenaza vital para el enfermo, de modo que un diagnóstico precoz y un abordaje adecuado son imprescindibles, especialmente en los procesos cuya resolución y gravedad dependen del tiempo, como el ictus, el infarto agudo de miocardio o la sepsis.

Por lo tanto, una necesidad crucial para el médico es adquirir una comprensión sólida de la Medicina de Urgencias en la práctica clínica que le permita evaluar la gravedad de una consulta urgente y, si es necesario, derivar desde Atención Primaria ambulatoria a los Servicios de Emergencia extrahospitalarios y a las Urgencias hospitalarias.

Esto incluye una comprensión profunda de los síntomas, un diagnóstico diferencial precoz con base en los criterios actuales y un riguroso conocimiento de las herramientas de evaluación y tratamiento para realizar intervenciones adecuadas.