Los pacientes con valvulopatías sintomáticas tienen un pronóstico de vida reducido si no se realiza un tratamiento quirúrgico o percutáneo, según corresponda, de su valvulopatía. Este tratamiento no sólo cambia el pronóstico del enfermo sino que mejora su calidad de vida. Es importante, por lo tanto, elegir el momento óptimo para realizar el tratamiento quirúrgico y como se pone de manifiesto en las diferentes guías de valvulopatías, la aparición de síntomas es uno de los puntos clave que va a definir ese timing.

Como describe el Euro Heart Survey de valvulopatías, el número de ancianos con valvulopatías ha aumentado en las últimas décadas. En estos enfermos es difícil valorar adecuadamente la sintomatología como consecuencia de su patología valvular por un doble motivo: la tendencia de los pacientes a minimizar la sintomatología atribuyéndola a la edad y el gran número de comorbilidades que pueden dar lugar a síntomas que imiten a los cardiológicos.

Es importante intentar discriminar qué síntomas de los referidos por los enfermos son consecuencia de su valvulopatía, y para ello lo más adecuado es conocer las alteraciones ecocardiográficas correspondientes a cada valvulopatía y la clínica que deriva de ellas. Además debemos conocer qué pruebas ecococardiográficas pueden ayudarnos en la valoración de una sintomatología determinada.

Patients with symptomatic valvular heart disease have a low life expectancy. Surgical or percutaneous treatment, depending on the type of valvulopathy, improves life expectancy, patient prognosis and quality of life. To identify optimal timing of surgery is important. As it has been recommended by different guidelines for the management of patients with valvular heart disease, the occurrence of symptoms will determine the timing.

As it is described in the Euro Heart Survey on valvular heart disease, in recent decades the incidence of valvulopathies among the elderly has been increasing. In the elderly patients, clinical assessment is difficult for two reasons: patients’ tendency to downplay the symptomatology and the high comorbidities associated that may mimic symptoms of other heart diseases.

In addition to clinical findings, echocardiography is the key technique to confirm the diagnosis of valvular heart disease and should include a comprehensive evaluation of all valves, looking for associated valve diseases and its symptomatology. The most appropriate echocardiographic technique to each type of valvular heart disease should be known, as well.