En las últimas dos décadas, hemos sido testigos de cómo el conocimiento en torno a la microbiota intestinal, ese gran ecosistema dinámico que forma parte de la funcionalidad de nuestro organismo, ha experimentado un crecimiento exponencial en la literatura científica. Múltiples estudios han puesto el foco en la microbiota como indicador del estado de salud de un individuo y han propuesto diseñar estrategias terapéuticas dirigidas hacia ella. Todo ello aplicado a muy diversas áreas de la medicina, tanto en diferentes patologías inflamatorias o metabólicas, cáncer, etc. como en salud mental. La cantidad de acciones metabólicas que ejerce y regula el ecosistema microbiano resulta un ámbito fascinante de estudio para poder comprender mejor tanto la homeostasis de un individuo como los diferentes mecanismos patogénicos.

In the last two decades, we have borne witness to how knowledge on the gut microbiota—that large, dynamic ecosystem that forms part of our body's functions—has seen exponential growth in the scientific literature. Multiple studies have focused on the microbiota as an indicator of an individual's health status and have proposed designing treatment strategies aimed at it. All of this is applied to very diverse areas of medicine, both in various inflammatory and metabolic diseases, cancer, and more, such as mental health. The number of metabolic actions the microbial ecosystem executes and regulates is a fascinating field of study to be able to better understand both an individual's homeostasis and different pathological mechanisms.