Fig. 3
Curvas presión-volumen simplificadas del ventrículo izquierdo. En situación normal (asa continua), y si comenzamos en el inicio de la diástole cuando se abre la válvula mitral (A), el volumen ventricular va aumentando paulatinamente hasta el punto B, mientras que la presión no se incrementa apreciablemente. En ese momento se inicia la sístole, la presión ventricular supera a la auricular y se cierra la mitral. Mientras la presión no alcance la presión aórtica y la supere, la válvula aórtica no se abre, con lo que el ventrículo sólo aumenta la presión pero no modifica el volumen (B-C, fase de contracción isométrica). En C se abre la válvula aórtica y comienza la eyección, con lo que el volumen ventricular se reduce rápidamente hasta el punto D. Ahí se cierra la válvula aórtica y, hasta que no se abre la mitral asistimos a la fase de relajación isométrica (D-A). Cuando el ventrículo izquierdo es rígido y poco distensible, como sucede en la hipertrofia ventricular que constituye la base de la insuficiencia cardiaca diastólica (línea de puntos), la curva presión-volumen está alterada, y para un mismo volumen de llenado la presión telediastólica está elevada. En la dilatación ventricular con baja fracción de eyección (asa de línea discontinua) la relación diastólica presión-volumen puede ser normal, pero la presión telediastólica es elevada, pues nos hemos desplazado demasiado a la derecha en esa curva. Obsérvese que, pese a que la fracción de eyección en esta situación está deprimida, el volumen latido (volumen diastólico menos volumen sistólico) se mantiene.