La elevación aguda de las transaminasas constituye una anomalía analítica de frecuente aparición, tanto en el ámbito ambulatorio como hospitalario.

El límite de tiempo fijado para distinguir entre una elevación aguda o crónica de estas enzimas es de 6 meses. Constituyen un marcador sensible de daño hepatocitario, pero su grado de elevación se correlaciona mal con la extensión de la necrosis hepatocitaria.

Existen multitud de enfermedades tanto hepáticas como extrahepáticas que pueden alterar sus niveles, por lo que su aproximación diagnóstica debe hacerse siempre en el contexto clínico en el que se produce.

Una anamnesis exhaustiva y una exploración física completa son el primer paso para su correcta interpretación. Asimismo, tanto el grado como el patrón de elevación de las transaminasas pueden facilitar también el diagnóstico diferencial.

The acute elevation of transaminases is a frequent laboratory finding in both the inpatient and outpatient setting.

The threshold for distinguishing their acute or chronic elevation is 6 months. They are a sensitive marker of hepatocellular injury, but their degree of elevation correlates poorly with the extent of hepatocyte necrosis.

There are many diseases, both hepatic and extrahepatic, that can alter their levels. Therefore, the diagnostic approach must be based on the context of the clinical situation.

A thorough clinical history and a complete physical examination should be the first step to understand their clinical

The pattern and magnitude of elevation of the transaminases can also facilitate the differential diagnosis.