La neuropatía diabética es una entidad clínicamente heterogénea. La polineuropatía distal simétrica es la forma más frecuente de presentación. El factor de riesgo más importante es la severidad y la duración de la hiperglucemia. En las mononeuropatías, craneales o de troncos periféricos, subyace un mecanismo isquémico y el pronóstico es bueno. Por el contrario, la neuropatía autonómica, particularmente con afectación cardiaca, tiene un mal pronóstico. El único tratamiento efectivo para prevenir o retrasar la aparición de la neuropatía diabética es el control riguroso de la diabetes. Los antidepresivos tricíclicos, la duloxetina, los antiepilépticos (gabapentina, pregabalina y carbamacepina) y la capsaicina local son tratamientos sintomáticos efectivos en la neuropatía diabética dolorosa.