La esclerosis múltiple es una enfermedad con una gran heterogeneidad clínica que afecta tanto a la edad de comienzo como a la forma de presentación, la frecuencia y la gravedad de los brotes, la existencia de progresión de los síntomas y la acumulación de la discapacidad a lo largo del tiempo. Puede afectar a cualquier parte del encéfalo y no existe ningún síntoma que sea único de esta enfermedad, aunque algunos son muy característicos. La relación entre los brotes y la progresión de los síntomas determina los diferentes patrones de la enfermedad, entre los que se incluyen las formas remitente recurrente, secundariamente progresiva, primaria progresía y progresiva recurrente. Se han identificado varios factores pronósticos de la enfermedad, entre los que se incluyen los factores demográficos y raciales, la forma evolutiva de la enfermedad, el síntoma de inicio de la enfermedad y las lesiones existentes en la resonancia magnética.