El tratamiento médico de un tumor maligno comprende el específico del cáncer y el de las complicaciones que van surgiendo como consecuencia de la progresión de la neoplasia o de los efectos secundarios de las distintas modalidades terapéuticas empleadas. La gran variedad de fármacos utilizados en oncología hace que se deriven de ellos una gran diversidad de efectos tóxicos que es necesario controlar y manejar, ya que son un inconveniente para su uso y condiciona tanto la intensidad como la duración del tratamiento. En cualquier caso, el objetivo primordial es mejorar la calidad de vida de los pacientes. En esta primera revisión se estudian las reacciones alérgicas producidas por los fármacos citostáticos, la toxicidad medular, pulmonar, cardiológica, renal y vesical.