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Vol. 13. Núm. 55.
Enfermedades infecciosas. Infecciones por espiroquetas, rickettsias y gonococo
Páginas 3266.e1-3266.e4 (Mayo 2022)
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CASOS CLÍNICOS
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Disnea persistente en varón de 60 años tras infección aguda por SARS-CoV-2
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M.M. Martín Lloréns
Autor para correspondencia
mmllorens@salud.madrid.org

Autor para correspondencia.
, J. Navarro López, B. Calvo Llorente, M. Novella Mena
Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitario Príncipe de Asturias. Universidad de Alcalá. Alcalá de Henares. Madrid. España
Disponible módulo formativo: Neumonía y COVID-19.. Saber más
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Tabla 1. Patrones de insuficiencia ventilatoria en la espirometría

Varón de 60 años, exfumador desde hace más de 20 años, sin otros hábitos tóxicos ni otros antecedentes de interés.

En septiembre de 2020 presenta una clínica de tos seca, acompañada de una disnea de moderados-grandes esfuerzos de nueva aparición, junto con anosmia y ageusia. El paciente es diagnosticado de infección aguda por SARS-CoV-2 el 08/09/2020 mediante PCR en exudado nasofaríngeo, recomendando aislamiento domiciliario durante 10 días y manteniendo un seguimiento telefónico.

A finales de octubre es remitido a la consulta de medicina interna por tos seca y disnea persistentes, 8 semanas después del diagnóstico de infección por SARS-CoV-2. No presentaba fiebre, dolor torácico, ortopnea, palpitaciones, edemas ni ninguna otra sintomatología en la anamnesis por órganos y aparatos.

En la exploración física tenía un índice de masa corporal (IMC) de 37,8kg/m2. Se encontraba afebril, eupneico en reposo, con una SatO2 basal del 97%, una frecuencia cardíaca (FC) de 94 lpm y una tensión arterial (TA) de 125/75mm Hg. No se observó ingurgitación yugular y la auscultación cardiopulmonar era normal. La exploración abdominal no presentaba datos patológicos y en los miembros inferiores (MMII) no se apreciaron edemas ni signos de trombosis venosa profunda (TVP).

Se le hizo caminar a paso ligero aproximadamente 200m, presentando disnea grado 7-8 en la escala de Borg y una SatO2 del 88%, con una FC de 116 lpm.

Aportaba una analítica básica que incluía velocidad de sedimentación globular (VSG), proteína C reactiva (RCP), ferritina, creatina-quinasa (CK) y tirotropina (TSH) con valores normales salvo un dímero D de 1,1mg/l (normal inferior a 0,5mg/l).

Se realizó una radiografía de tórax, en la que presentaba un discreto aumento de la trama broncovascular en la base pulmonar izquierda, sin evidencia de infiltrados parenquimatosos. El electrocardiograma (ECG) se encontraba en ritmo sinusal con intervalos y eje dentro de límites normales y sin alteraciones de la repolarización.

Texto completo
1¿Cómo evaluaría la disnea en este paciente?

La persistencia de disnea, pasada la fase aguda de la COVID-19, es frecuente, oscilando según las series entre el 10%-71%1. Debemos indagar en la presencia de síntomas y signos cardiopulmonares.

2¿Cómo valoraría el aumento de dímero D? ¿Qué otras causas, además de la tromboembólica, pueden alterar el dímero D?

En este paciente, llama la atención la presencia de un dímero D discretamente elevado, junto con desaturación tras esfuerzo moderado. El dímero D tiene una sensibilidad para el diagnóstico de enfermedad tromboembólica del 98%-100%, pero una especificidad del 35%-39%2. También puede aumentar en otras patologías como cirugía reciente, infarto de miocardio, fibrilación auricular, infección o sepsis, cáncer, enfermedad sistémica concurrente, toma de anticoagulantes orales, embarazo, hemorragia en curso, insuficiencia renal, isquemia arterial periférica e ictus de origen isquémico. Existen también causas de laboratorio que pueden alterar los valores de dímero D, como son la presencia de autoanticuerpos, suero hemolizado e hiperbilirrubinemia. Por otro lado, se recomienda ajustar los valores de dímero D en personas mayores de 50 años según la fórmula: edad ? 10ng/ml2.

3¿Cuál es su diagnóstico de presunción? ¿Qué otras pruebas diagnósticas solicitaría para confirmar su diagnóstico?

En nuestro caso, se realizó en consulta un eco-Doppler de MMII, en el que no se apreciaron signos de TVP, y un ecocardiograma en el que no se observaron signos de cardiopatía estructural ni de hipertensión pulmonar que justificasen la disnea. Ante la sospecha de una posible complicación tromboembólica y/o afectación intersticial residual, se solicitó una angio-tomografía computadorizada (TC) de tórax que descartó un tromboembolismo pulmonar, apreciándose únicamente una muy sutil afectación intersticial en ambas bases pulmonares. El dímero D fue descendiendo hasta su normalización a lo largo del seguimiento.

4¿Estaría indicado solicitar pruebas de función respiratoria? ¿Cómo debemos interpretarlas y qué patrones ventilatorios podemos establecer en una espirometría?

Se realizaron asimismo pruebas de función respiratoria con los siguientes resultados:

  • 1.

    Espirometría: capacidad vital forzada (FVC) 3,06 (71%), volumen espiratorio máximo espirado en el primer segundo (FEV1) 2,78 (83%), FEV1/FVC 90%.

  • 2.

    Difusión: DLCOc 84%, DLCOc/VA 105%.

  • 3.

    Prueba de la marcha de 6 minutos: distancia recorrida: 508m (distancia teórica: 515m). Presenta una desaturación del 96% al 90% durante la prueba.

El paciente aportó una espirometría realizada 6 meses antes de la infección por SARS-CoV-2 en un reconocimiento de empresa, con los siguientes resultados: FVC: 4,10 (88%), FEV1 3,21 (92%), FEV1/FVC 78%.

Los parámetros más utilizados en una espirometría y sus valores normales son los siguientes: FVC: superior al 80%; FEV1 mayor de 80%; relación FEV1/FVC 70%-85% y flujo espiratorio máximo entre el 25% y el 75% de la FVC (FEF 25%-75%) mayor del 60% (tabla 1).

Tabla 1.

Patrones de insuficiencia ventilatoria en la espirometría

  Obstructivo  Restrictivo 
FVC  Normal o ligeramente disminuida  Disminuida 
FEV1  Disminuido  Normal o ligeramente disminuido 
FEV1/FVC  < 70%  > 85% 
FEF 25%-75%  Disminuido  Normal o ligeramente disminuido 

FEVI: volumen espiratorio máximo espirado en el primer segundo; FVC: capacidad vital forzada.

En función de los resultados de estos valores, podemos establecer los siguientes patrones ventilatorios: obstructivo, restrictivo y mixto (mezcla de los dos anteriores) (tabla 1).

El test de difusión mide la capacidad de difusión de monóxido de carbono por respiración única. La DLCO puede disminuir en caso de trastorno vascular pulmonar, enfermedad pulmonar intersticial o enfisema.

En cuanto al test de la marcha, la distancia caminada en 6 minutos es un buen índice de la función física. El descenso de la SatO2 durante el ejercicio de más del 4% (que termina por debajo del 93%) es desaturación importante y se considera patológica3,4.

Por tanto, se puede decir que nuestro paciente ha desarrollado un patrón de restricción respiratoria verosímilmente tras la COVID, sin afectación de la difusión de CO, con una desaturación significativa en el test de la marcha.

5¿Qué diagnóstico diferencial debemos hacer ante un patrón respiratorio restrictivo?

Las principales causas de alteración ventilatoria restrictiva podemos dividirlas en 3 grupos3:

  • 1.

    Enfermedad pulmonar intrínseca como son la enfermedad intersticial pulmonar y, a nivel alveolar, la neumonitis aguda.

  • 2.

    Trastornos extrínsecos como son los trastornos de la pared torácica y los trastornos de la pleura.

  • 3.

    Los trastornos neuromusculares.

En este paciente no se apreciaba ninguna anomalía en la caja torácica en la exploración física y teníamos pruebas de imagen en las que no se apreciaron alteraciones a nivel alveolar o pleural, ni tampoco alteraciones de la pared torácica. Únicamente se apreció una muy sutil afectación intersticial, a priori poco extensa para justificar los resultados de las pruebas funcionales, por lo que parece necesario tratar de excluir otras posibles causas como son los trastornos neuromusculares.

El diafragma es el principal músculo respiratorio. Separa la cavidad torácica de la abdominal. Está inervado por el nervio frénico que surge de las raíces nerviosas C3-C5. La disfunción diafragmática está asociada a síntomas respiratorios como disnea, ortopnea e intolerancia al ejercicio, y esta se puede producir por una afectación a distintos niveles (fig. 1)5. La parálisis unilateral puede compensarse por otros músculos respiratorios secundarios como los intercostales, escalenos y el esternocleidomastoideo, por lo que no siempre se produce sintomatología en reposo, manifestándose únicamente como intolerancia al esfuerzo. Cualquier patología que afecte a cualquiera de los niveles anteriormente descritos puede producir una alteración funcional respiratoria de carácter neuromuscular6.

Fig. 1.

Causas de disfunción diafragmática dependiendo del nivel de afectación. Tomada y traducida de McCool FD, et al.5.

(0,64MB).

El diagnóstico de disfunción diafragmática se basa en pruebas de imagen estáticas y dinámicas que incluyen radiografía, fluoroscopia y ecografía. En la radiografía podemos ver una elevación del hemidiafragma disfuncionante. Tiene una sensibilidad y una especificidad en torno al 90% y 44%, respectivamente5.

La fluoroscopia visualiza el diafragma de manera continua a lo largo del ciclo respiratorio. Durante años, ha sido el gold standard para el diagnóstico de la parálisis diafragmática. No obstante, en los últimos años ha sido reemplazada por la ecografía diafragmática, que se ha convertido en la técnica de elección para el estudio de los movimientos diafragmáticos, dado que no implica exposición radiológica. La sensibilidad y la especificidad de la ecografía para el diagnóstico de disfunción diafragmática es del 93% y 100%, respectivamente6,7.

Otra prueba diagnóstica consiste en medir las presiones esofágica y gástrica para calcular la presión intradiafragmática, si bien se trata de una prueba invasiva, por lo que es menos utilizada6.

En nuestro caso, se realizó una ecografía diafragmática en la que se observó una excursión diafragmática derecha (desplazamiento del diafragma entre la inspiración y la espiración) severamente disminuida, lo que indujo a pensar en una disfunción de dicho hemidiafragma.

Se realizó un electromiograma (EMG) del nervio frénico derecho que mostró una neuropatía severa del mismo. En la TC de tórax realizada previamente no se veía ninguna lesión a nivel torácico que pudiera estar afectando al nervio frénico. Asimismo, se realizó una resonancia magnética (RM) craneal, en la que no se observaron hallazgos patológicos.

Por tanto, la alteración ventilatoria restrictiva de nuestro paciente se relaciona con una disfunción de hemidiafragma derecho, secundaria a una neuropatía severa del nervio frénico ipsilateral, verosímilmente en relación con una infección por el SARS-CoV-2. Se han descrito múltiples formas de neuropatía periférica tras la COVID-198, con casos excepcionales de afectación frénica, a veces junto con plexopatía braquial9. Se postula el posible papel neurotóxico directo del virus, o tal vez un mecanismo autoinmune8.

Responsabilidades éticas

Protección de personas y animales. Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.

Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.

Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Bibliografía
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Medicine

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